Adoración eucarística histórica en la Sagrada Familia

Adoración eucarística histórica en la Sagrada Familia


El pasado 22 de junio tuvo en lugar en Barcelona un acontecimiento histórico: la vigilia eucarística «Cristo Vive«, en el templo expiatorio de la Sagrada Familia, co-organizado por diferentes realidades eucarísticas de la ciudad: las adoraciones nocturnas del Templo del Sagrado Corazón de Jesús (Tibidabo) y de la Adoración Nocturna Femenina, así como las 3 capillas de adoración perpetua (San Sebastián en Badalona, el Real Monasterio de Santa Isabel en el barrio de Sarriá y la capilla M.E Riquelme junto al Paseo de Gracia)


La idea surgió del Cardenal Omella, inicialmente prevista para haberse realizado en el Tibidabo, pero tras realizar una estimación de asistencia de miles de personas, finalmente se optó acertadamente por la Sagrada Familia.

La vigilia se organizó en dos grandes partes. Primero un acto general, abierto a todo el mundo, en el que durante 2 horas se pudo adorar al Señor en la nave principal del Templo, junto con cantos, testimonios, rezo de vísperas y bendición final de los fieles y de la ciudad. Después, en la cripta, el Santísimo quedó expuesto para ser adorado por turnos de vela de 2 horas hasta la mañana siguiente, turnos cubiertos por los adoradores de las capillas co-organizadoras del acto.

El acto resultó un gran éxito desde todos los puntos de vista:

  • A nivel espiritual: 12 horas de adoración eucarística continuada en el Templo, con unos 2.000 adoradores en el acto general (de 20h a 22h) y cientos de ellos en los turnos de vela que se organizaron posteriormente en la cripta y que cubrieron diferentes realidades eucarísticas de la ciudad hasta las 8 de la mañana del domingo.
  • A nivel pastoral: un impulso muy claro y notable desde la diócesis hacia la Eucaristía, invitando a toda la comunidad a vivir este tesoro que tenemos en la Iglesia Católica, que no es más ni menos que la misma persona de Jesucristo, que vive y está presente entre nosotros, todos los días, hasta el final de los tiempos (cf. Mt 28, 16-20)
  • A nivel humano: una gran asistencia y muestra de apoyo al Cardenal, en estos días difíciles que vivimos en la Iglesia, en una ciudad tan secularizada como Barcelona, en un fin de semana en el que acaba el curso escolar y que ha coincidido con el puente de San Juan, festivo en todo Cataluña.
  • A nivel organizativo: un acto impecable, precioso, con todos los detalles a punto. El acceso sin problemas de colas, la música (combinando música litúrgica para el rezo de vísperas con cantos actuales de nueva evangelización a cargo de unos jóvenes), los testimonios-oración de adoradores de diferentes edades, que dirigieron al Señor… todo ello en ese gran templo que es la Sagrada Familia.

Esa noche seguro que se hizo realidad uno de los sueños de Gaudí, ver el templo lleno de adoradores. Pidamos al Señor por una futura adoración perpetua en la Sagrada Familia y esperamos que esta vigilia pueda repetirse todos los años. Enhorabuena al Cardenal Omella y la organización de la Sagrada Familia y realidades eucarísticas de Barcelona por esta iniciativa.

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.