Santiago de Compostela ya tiene su capilla de AEP

Santiago de Compostela ya tiene su capilla de AEP

Santiago de Compostela ya tiene su capilla de AEP

Santiago de Compostela, milenaria meta de peregrinación del mundo cristiano, tiene ahora su capilla de adoración perpetua de la Eucaristía. Este bien inmenso lo será, no sólo para la ciudad, sino para los miles y miles de peregrinos que se llegan cada año. A partir de ahora encontrarán un sitio en cualquier momento del día o de la noche para adorar al Señor.

La adoración perpetua dio inicio el 20 de febrero, de este 2020, y, para que nadie olvidara la cita, la Santa Misa comenzó a las 20 horas. Fue presidida por el Sr. Arzobispo Mons. Julián Barrios y concelebrada por una decena de sacerdotes, con la presencia de seminaristas sirviendo al altar. La Eucaristía se celebró en San Fernando, la misma iglesia donde, en su cripta, se entronizó el Santísimo para su adoración ininterrumpida. El templo estuvo repleto de fieles adoradores. Don Julián les habló del don de tener un corazón libre como para reconocer a Dios y la propia pequeñez ante su presencia. Esa presencia sacramental que exige, en palabras de san Agustín, no poder comulgar si antes no se la adora. También evocó a los monjes de Cluny cuando, hacia el año 1000, se descalzaban para recibir al Señor, porque allí se estaba frente al mismo misterio de Dios que había hecho quitarse el calzado a Moisés ante la zarza ardiente.

Dijo luego el arzobispo: “Al adorar no nos evadimos de la realidad. Adorar es el medio precioso para avivar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, y nuestra capacidad de alabanza y de oración. La adoración es un camino de dicha y bendición. Dichoso el que confía en el Señor. Sois adoradores porque confiáis en el Señor, dejándoos iluminar por Él y comprometiéndoos en un testimonio de vida cristiana”. Testimonio ofrecido a una cultura que hace menos de Dios.

Exhortó a inclinarse ante Dios dejándole espacio en la vida interior. El que adora en la tierra -agregó- cree, espera y ama. Y como san Teresa puede decir “Sólo Dios basta, quien a Dios tiene nada le falta”. “Sólo ante Él, debemos postrarnos, sólo ante Él”, repitió. Recordó que se debe reparar e interceder por los hombres. Para el contemplativo, todo lo que le afecta a los demás, tiene resonancia en su corazón. Por eso: “Cuando vais a la adoración no vais solos, lleváis a toda la Iglesia, a toda la humanidad”.

Es menester -agregó- detenerse ante el Señor para manifestarle nuestra gratitud, para obsequiarle el tributo de alabanzas y también para suplicarle. “Sólo seremos adoradores en verdad si lo hacemos con amor y humildad y guiados por el Espíritu Santo. Id y proclamad ‘Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’”.

La capilla de Santiago de Compostela es la número 60 de España, la segunda de la archidiócesis.

AEPE