NOVICIADO PARA TERESA: FRUTO DE LA ADORACIÓN PERPETUA

NOVICIADO PARA TERESA: FRUTO DE LA ADORACIÓN PERPETUA

Nos lo cuenta quien fuera el párroco de la parroquia Beata Mogas de Tres Olivos, Madrid, Don Jorge González Guadalix. Esa parroquia es una de las cuatro de la Ciudad de Madrid con Adoración Perpetua. El artículo transcrito apareció en InfoCatólica, en el blog De profesión cura, el 11 de julio de este año, 2018. Aquí sigue:

Menudo peligro Teresita. Pasota de las cosas de Dios. De esas que “ya sabes que a mí no me van esos rollos, que todo es parafernalia y aparentar, yo paso”, y “en cuando tenga un año más (tenía 17) me voy de casa”. Teresa tiene unos padres católicos de esos con una fe a prueba de hijas rebeldes. Colegio católico… y a rezar, porque ya otra cosa no se sentían capaces de hacer.

Ese verano, aún con diecisiete años, la mandaron obligada a un campamento con monjas con el cuento que era un campamento de inglés. Viaje rezongando de todo. A la vuelta, después de dejarla, los padres se dijeron: nos vamos a la capilla de adoración de la Beata Mogas, a Tres Olivos. Allí le dijeron al Señor: es tuya, tú sabrás.

Sé que los padres se fueron de vacaciones a un lugar de la costa. Me cuentan que, buscando allí una parroquia, el GPS se confundió y los llevó a otra… curiosamente con adoración perpetua. Pues qué suerte y a rezar por Teresa.

Cinco días después llama la hija. La madre convencida de que se había escapado del campamento. Pero Teresa era otra. “Mamá… quería pedirte algo”. Dime… “Después del campamento ¿podría marchar un mes con las monjas?”

Se fue un mes y regresó con el compromiso de dar un año de su vida al proyecto del “Hogar de la Madre”. Pero sus padres le pidieron esperar hasta terminar el bachillerato. Y mientras, en ese acabar el bachillerato, llegó el novio. Un buen chico, buen estudiante, religioso. El novio ideal, me decía la madre.

Pero… Teresa tenía algo en su corazón, y creía que, si seguía con el novio y renunciaba a ese año de voluntariado, de alguna manera cerraba las manos a Dios. Por tanto, decidieron dejar la relación, vivir el año comprometido con las religiosas, y estar atentos a la voz de Dios.

¿Y mientras, los padres de Teresita, qué? Pues mientras, los padres de Teresita, se comprometieron cada vez más con la adoración perpetua sabiendo que todo era cosa de Dios, y que era Dios el que debía marcar el camino a su hija. Rezar, adorar, confiar, pedir. Unos padres que no viven cerca de la capilla, y comprometidos con horas en la madrugada. Rezar y ponerse en las manos de Dios. Ellos sabían que su hija solo saldría adelante, solo volvería con Dios a base de rezar, rezar y confiar. “Es tuya Señor, tú sabrás”.

El caso es que Teresita, la rebelde, una bomba de relojería en palabras textuales de su madre, se ha sentido llamada y atrapada por Aquél de quién huía. Este próximo lunes, festividad de la Virgen del Carmen, a las 17 h., Teresa comienza su noviciado como religiosa del “Hogar de la Madre”. Textualmente así me escribe su madre esta mañana: “La vocación de nuestra hija se la debemos a usted. Si no hubiera sido por la capilla de adoración perpetua, no hubiéramos podido clamar al cielo por la conversión de nuestra hija”.

Son de esas cosas que te tocan, porque yo me sé la historia día a día, conozco lágrimas y esperanzas, sufrimientos y gozo en esa familia. He visto muchas veces a sus padres rezar, a las tantas, en la capilla de adoración perpetua. Hemos hablado mucho. Hemos rezado mucho. Y hoy su gozo es el mío.

¡Qué grande es Dios! Acordaos de rezar una oración por ellos.